lunes, 19 de agosto de 2013

 Monoblocks :
 Jessica Mor

A fines de los años '60 se iniciaron los planes para comenzar a erradicar 


la villa miseria del Bajo Belgrano. Para ello, la Comisión Municipal 


de la Vivienda, diseñó el Conjunto Pampa, entre las calles Húsares, 


Cazadores, Sucre y Pampa, el cual comenzó a construirse en 1969 y fue 


parcialmente inaugurado en 1970, aunque finalmente quedó inconcluso.


El Conjunto Pampa no solo albergaría a los habitantes de la villa, sino 


que también serviría para reubicar a los vecinos cuyas propiedades 


serían demolidas para ensanchar la Avenida del Libertador entre las 


calles La Pampa y Monroe. Esta importante obra vial incluyó también 


la construcción del túnel bajo las vías del Ferrocarril Mitre. Ya en 1968, 


una comisión había censado la zona para establecer la cantidad de 


habitantes, su composición familiar y su poder adquisitivo. Una de las 


propiedades más afectadas fue el Instituto Santa Ana, aún dirigido por 


su fundadora, María Josefa Coccia. A cambio de una indemnización 


monetaria, el ensanche de la avenida destruyó el 60 por ciento del 


edificio y parte de su jardín.























Para mediados de los años ´70 la villa del Bajo Belgrano, como casi

todas las otras villas de la Capital Federal, aún seguía intacta a pesar

de los importantes planes de vivienda social realizados hasta entonces.

Cuando Osvaldo Cacciatore asumió la gestión municipal en 1976

estableció como una de sus prioridades la erradicación de todos los

asentamientos precarios de la ciudad. Obviamente, ante la inminencia

del Mundial ’78, la Intendencia priorizó el desalojo de aquellos predios

cercanos a la cancha de River y de las zonas de mayor poder adquisitivo

dentro de la Capital, las que menos toleraban la presencia de estos

asentamientos.

















El primer operativo de erradicación fue el que involucró a la villa del

Bajo Belgrano, el cual comenzó a fines de 1977. Esa villa, que ocupaba

once manzanas y poseía gran cantidad de comercios internos, cumplía

con todos los requisitos para su quita inmediata: estaba en una zona

privilegiada de la Capital, próxima a los Parque 3 de Febrero, con sus

lagos y parques, y sobre todo, estaba cerca del gran estadio mundialista.

El 11 de marzo de 1978, la CMV barrió con las primeras manzanas,

demoliendo 295 viviendas, varias de ellas de dos pisos. En poco más de

60 días, la tarea de erradicación había terminado.
















Los predios resultantes de la eliminación de la villa de emergencia fueron

posteriormente vendidos. Su erradicación brindó otro impuso a toda

la barriada que comenzó a experimentar paulatinamente un cambio

comenzando a ser habitada por sectores sociales de los estratos medioaltos y altos porteños.

A partir del siglo XXI se estrenaron edificios y torres de gran categoría

que recategorizaron la zona. Esta nueva arquitectura sigue su

construcción y convive aún con las antiguas casas, casi centenarias.

En la actualidad el Bajo Belgrano se denomina indistintamente

Belgrano Chico, tal vez como una forma de aproximarse a su coqueto

vecino, Palermo Chico.






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